
El equipo comparó la química y la composición isotópica de los volátiles lunares (incluida el agua) con los de materiales volátiles en cometas y muestras de meteoritos. Entonces calcularon la proporción de agua que podría haber sido entregada por esas dos poblaciones de objetos. Sus resultados indican que la mayor parte (más del 80%) del agua en el interior lunar llegó a bordo de asteroides que son similares a los meteoritos condríticos carbonosos. Ese agua fue entregada cuándo la Luna todavía estaba rodeada por un océano de magma, y antes de que una corteza masiva (ahora vista como las tierras altas de color blanco brillante de la Luna) impidiera que los cuerpos que impactaban contra la superficie entregaran cantidades significativas de material al interior del satélite.
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